8/08/2011

MOVISTAR O "MALIESTAR": elija usted

En días pasados me llamaron de Almacenes Si para notificarme que me negaban una tarjeta de compra porque yo estaba reportada en Datacrédito debido a una cuenta pendiente con Movistar.

Como nunca he comprado en Movistar averigué y conclusión....

Primero llamo a su número 0  8 mil y ....si es para X marque 1 si es para Y marque 2 si es para Z marque 3 y siga perdiendo el tiempo con nosotros mientras nos reímos...al final tengo el dedo como una crispeta y decido ir a su oficina que no atiende los reclamos en horarios de oficina....y fila para la queja....fila para el reclamo....espere la ficha, espere el turno, y entreténgase viendo Discovery....doña almaluz le enviaremos a su casa la respuesta dentro de poco...y salí sientiéndome en un film de Cyberpunk, seguramente recordando "Figh Club".

Cuidado le puede pasar a usted,  los muy frescos que nunca me llamaron ni me cobraron salen con que ...tranquila doña almaluz era una adulteración y un fraude pero usted ya no no nos debe y tampoco estará en Datacrédito....y está al dia con el mismo Papa...

En fin! ya entendí porque a MOVISTAR les llaman MALIESTAR,  me hicieron perder tiempo, dinero y yo que nunca he estado en ese Datacrédito pues quedé ahi con un historial de morosa, QUE TAL ESTO!


Acá les dejo la Carta que me ha producido Rabia.

Conclusión, estar en el mundo pero no pertecer a él, porque el mundo de las corporaciones está fabricado para DEPREDAR, cuanto centavo yo quiera ahorrar, cuanto tiempo yo quiera ganar, cuanto progreso yo quiera conseguir. Por eso le sigo apostando al crecimiento del Espíritu, es lo único que no me pueden robar estas maquinarias del Imperio, sus devoradoras bocas del mundo del acero y del petróleo no se pueden tragar el amor, los poemas, lo intangible, ni mi alma....por más que este Movistar cante en su publicidad....Hey Alma Gemela! HEY SOUL SISTER...

atte, almaluz



desconozco los autores de esta creación pero los apoyo.

8/06/2011

7 de agosto de 1956: la explosión de Cali.

El Padre Alfonso Hurtado Galvis obsequió un texto que había escrito un año antes de nuestra visita, lo transcribo para todos los ciberlectores interesados en conocer sobre su crónica a cerca de la explosión del 7 de agosto de 1956 en Cali, Colombia.


Relato de puño y letra del Padre Alfonso Hurtado Galvis, Sacerdote de la Arquidiócesis de Cali-Colombia como protagonista de la gravísima Tragedia del martes 7 de agosto de 1956 a la una de la madrugada en Cali- Colombia.


Yo era capellán del Batallón de Infantería N 8 “Pichincha” cuyo cuartel quedaba situado en el lugar que hoy ocupa el Centro administrativo Municiapal CAM en el paseo Bolívar. Eran las 5 y 30 de la tarde y yo estaba conversando en la puerta de muralla del cuartel con el Capitán Gustavo Camargo Eslava quien en ese momento era el Oficial de Servicio del Batallón Pichincha cuyo comandante era el Teniente Coronel Víctor Navia Varona. Nos preparábamos para arriar el pabellón nacional ( o sea la Bandera de Colombia) cuando llegó un convoy militar de seis (6) camiones carpados y custodiados por soldados armados al mando del Sargento Pedro Higuita. 

El Sargento se presentó ante el Capitán Gustavo Camargo Eslava, en mi presencia, para pedirle permiso de pernoctar y arranchar en el cuartel, y le advirtió que comandaba un convoy de seis (6) camiones con explosivos (Dinamita Gelatinosa-42 Toneladas que venían de Suecia en el Barco “Sthokolm”, a travesó el Báltico, el Atlántico, el Canal de Panamá, el Pacífico, y atracó en el puerto colombiano de Buenaventura. Luego las 42 toneladas de dinamita fueron sacadas del Barco sueco “Sthokolm” y colocadas en seis (6) camiones militares que salieron de Buenaventura a las seis de la mañana por la vieja carretera al mar, pasando por Anchicayá, El Queremal, Borrero Ayerbe, y llegaron a Cali a la portada al mar a las 5 de la tarde, a una velocidad de 20 kilómetros por hora, y a una distancia de 50 metros entre cada uno de los seis (6) camiones. El capitán Camargo le negó el permiso al Sargento Pedro Higuita para pernoctar y arranchar en el Pichincha; y le ordenó retirarse con el convoy con explosivos hacia despoblado. 

Yo vi las cajas zunchadas con dinamita, porque el Capitán Camargo con el sable levantó la carpa de uno de los seis(6) camiones. El Sargento Pedro Huiguita no cumplió la orden del Capitán Camargo, pues retiró el convoy del Paseo Bolívar y lo estacionó en la calle 25 entre karreras 1 y 8 frente a la vieja estación del Ferrocarril del Pacífico en Cali. Esto sucedió el lunes 6 de Agosto de 1956 víspera de la fiesta nacional por la Batalla de Boyacá del 7 de Agosto de 1819. Efectivamente a la una de la madrugada del martes 7 de Agosto de 1956 cuando Cali dormía, se sintió un temblor de tierra y luego una terrible explosión que fue oida en ciudades fuera de Cali. Cali quedó en tinieblas; las gentes en ropa interior y de dormir salieron a las calles pidiendo misericordia. Se veía hacia el oriente de Cali un hongo de colores semejante al de la bomba atómica de Hiroshima ( Japón) pero más pequeño. Se oía el ulular de las sirenas. 

Yo salí en el primer camión con tropa al mando del Subteniente Jaime Rodas, rumbo al lugar donde se veía el hongo de colores. Tomamos por la karrera primera y solo pudimos llegar a la calle 21 porque todo estaba invadido por escombros de edificios y por cadáveres. Nos bajamos del camión militar al mando del subteniente Jaime Rodas, allí existía la cárcel de hombres llamada “el manicomio”. Empezamos a caminar por entre cadáveres y ruinas humeantes. Nos alumbrábamos con lámparas o linternas de mano. El subteniente Rodas me cogió del brazo izquierdo y me dijo: “ curita, no se me separe que esto es la verraquera”.

Padre Hurtado Galvis

Más adelante vimos a un hombre alto en calzoncillos lleno de polvo y con un revólver en la mano derecha. Gesticulaba y balbucía frases incoherentes. Yo me le acerqué y le dije: “cálmese señor, cálmese”. Pero él me dijo: “ lo perdí todo, mi mujer, mis hijos, mis bienes”. Luego se llevó el cañón del revólver a la boca y se disparó, muriendo en el acto. Seguimos avanzando en la oscuridad. Yo salvaba niños, según la Cruz Roja salvé 121 infantes. Ayudé a dar a luz a una muchacha quemada. 

Saqué a una niña la bauticé con agua barro de las alcantarillas rotas y murió en mis brazos. Gastamos 4 horas desde la calle 21 hasta la calle 25 por los escombros cuando clareó el sol pudimos ver la magnitud de la tragedia, 36 manzanas arrasadas, un cráter de 50 metros de diámetro por 8 metros de profundidad, miles de cadáveres. 

Yo vi parejas calcinadas en el coito porque por allí había burdeles casas de cita. También el Teatro Roma, la Galería Belmonte. Yo vi cráneos, brazos, piernas, troncos de cadáveres humanos. Yo vi enterrar en el cementerio central 3725 cráneos, delante del Alcalde de Cali Coronel Aviador Muñoz, delante de un Notario, delante de un juez y delante de un Obispo llamado Miguel Medina. Cadáveres insepultos, fetidez terrible, Cali tenía entonces 120 mil habitantes se calculan 10.000 muertos en la Explosión de las 42 toneladas que dinamita que iba para los polvorines del Ejército de Bogotá. Esta es la Tragedia más grave de la historia de América por causas NO NATURALES. 

Se hizo una investigación por orden del Brigadier General Alberto Gómez Arenas y dio como resultado que a un soldado centinela se le safó un tiro de la recámara del fusil horizontalmente en el relevo de la madrugada, en vez de colocar la boquilla del fusil verticalmente como es lo correcto. Ayudaron a Cali la Cruz Roja, Sendas, los Boys Scouts, las monjitas, los sacerdotes, el Papa Pio XII desde el Vaticano, la Unión Soviética, Los Estados Unidos, México, Venezuela ( con un edificio que hizo construir el General Marcos Pérez Jiménez de Venezuela, el Edificio Venezolano, también el Japón, China, Europa y muchos más. 

Doy fe: Alfonso Hurtado Galvis, sacerdote. Cali, miércoles 15 de julio de 2009 por la tarde.